
Siempre he creído en la fuerza inagotable de la mujer mexicana. Teniendo una especial admiración por las que con enormes luchas cotidianas se convierten en pilar de sus familias, y por tanto, mueven México. Inagotables luchadoras que no importando su historia se levantan firmes y caminan hacia la modernidad y el progreso. Manos que trabajan en la construcción de nuevos y mejores futuros. Pilares del México que me enorgullece, en el que historia, voluntad y fuerza conforman porvenires promisorios.