Tuesday, December 20, 2005


"Al promediar la tarde de aquel día,
cuando iba mi habitual adiós a darte,
fué una vaga congoja de dejarte
la que me hizo saber que te quería".

Núnca había llegado a comprender la profundidad de esa estrofa de Lugones, hasta el día en que te fuiste.
Aún conociendo lo temporal de tu partida, mi playa se ha enmudecido por un momento mientras nos despedíamos.
Es ahora que me doy cuenta.
Y al lograr superar las gastadas frases, los moldes de amores ensayados y los encuentros de ocasión, te puedo decir conscientemente: te quiero.

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