
En las cuidades invisibles, de Italo Calvino, el anciano Khan, impaciente por los relatos de Marco Polo, que le enfrentan una y otra vez al sufrimiento y la injusticia, le pregunta a éste por las ciudades de la utopiá, donde reina la concordia y todos los hombres son hermanos. Marco Polo le dice que jamás encontró una ciudad así. Entonces, insiste dolorido el Khan, ¿sólo cabe la ciudad infernal? Marco Polo niega con la cabeza. Él sabe que ese infierno existe, pero también que hay una alternativa mejor que aceptarlo y volvernos parte de él hasta no verlo más. La misión del viajero, le dice entonces Marco Polo al anciano, es "buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar y darle espacio".