Las ideas no son como las monedas.
Si tu tienes una moneda y yo tengo una moneda, tu me das tu moneda y yo te doy mi moneda. Al final tu tendrás una moneda y yo tendré una moneda.
Si tu tienes una idea y yo tengo otra idea, tu me das tu idea y yo te doy mi idea. Al final tu tendrás dos ideas y yo tendré dos ideas.
Haloween o día de muertos.
Llega el día de muertos y observo que se ha desarrollado en la tradición mexicana una mezcla entre la tradición del norte y la propiamente mexicana.
Muchos la satanizan, yo la celebro. Los niños se disfrazan y salen al mundo a pedir dulces. Labran calabazas con ojos y muecas. Llegan a sus casas y ponen ofrendas a sus muertos.
El otro día fui a la casa de un amigo y observe la ofrenda a su padre, ya desaparecido. En ella le ofrecía mole y tequila, pero también coca cola y alka-seltzers.
Hervor y Fervor.
En castellano existen dos palabras: hervor y fervor. En gallego solo una: fervor.
En el culto los mexicanos practicamos el fervor. Hervor por las fiestas, por la virgen, por el reso.
Llega la fiesta de los muertos y el fervor se desliza entre las flores, hierve en las veladoras y se oculta bullendo en el sincretismo.
Melancolía y Alegría.
En mi se entremezclan sentimientos. Por un lado el recuerdo de quien se fue me transporta a la melancolía. Por otro la fiesta me distrae y me sorprende. Recogimiento y explosión. Melancolía y felicidad. Tal vez así somos los mexicanos, vivimos al día en el entretiempo entre felicidades y tristezas
Me doy cuenta que hemos tenido que encontrar a base caídas el equilibrio entre las mezclas. Muchos siguen satanizando el encuentro de culturas. Sin darse cuenta que las diferencias nos han conformado como pueblo. Españoles e indigenas, alegres y tristes, fervientes. Debatiendonos entre la horizontal y la vertical la ignorancia nos hace perder de vista que entre las dos surge la vida.
Dejemos de debatirnos, encontremos lo mejor entre las diferencias, celebrémolas. Y transformemos, con tolerancia, las mezclas en alianzas.
