
cuántos caminos restan por caminar?
cuántos horizontes nos faltan por descubrir?
cuántas arrugas deben de marcarnos para comprender que el mundo es chiquito, y el corazón es inmenso?
cuántos mundos se necesitan recorrer para darnos cuenta que todas nuestras ficciones particulares conforman una sola realidad común?
lo bueno es que por momentos, cuando el día es claro y el corazón está tranquilo, podemos alcanzar a ver el puerto...