"El sueño, autor de representaciones,
en su teatro sobre el viento armado
sombras suele vestir de bulto bello" Gongora.
"Laberinto, espejo o rio?.
Instinto o sueño?.
Mago o dios?"
A veces me resulta dificil distinguir entre el sueño y la realidad. Estoy soñando la vida o acaso la vida me esta soñando?
Hay lugares en donde resulta mas complicado apreciar la diferencia, Xilitla es uno de ellos. A centenares de metros, profundo entre las montañas, y profundo en nuestro inconsciente aguarda esquivo el sitio. La obra de un excentrico ingles, Edward James, que en el sueño de su vida la soño y la realizo. Laberintico mundo en donde todo es posible, ya sea encontrar una rara orquidea, una escalera al cielo o teniendo suerte, encontrarse a uno mismo.
Se llama "Las Pozas" y visitarlo es adentrarnos en la poza profunda de nuestro inconsciente en una fraccion de segundo que se perpetua a traves del arreglo de sus formas de concreto y sus incontables caminos invadidos por la selva.
Formas que usualmente se reservan a los sueños o a las fiebres se presentan en cada rincon. Y es asi que en medio de la Huasteca Potosina nos esperan treinta hectareas de selva pobladas por palacios de bambú, albercas en forma de globo ocular, puertas a mundos diferentes. Toda una fauna de formas primigenias pero a la vez modernas, por acercarnos a la siempre actual y presente busqueda de nosotros mismos.
En Xilitla no acanzamos a distinguir si es la naturaleza que al enamorarse de las formas las posee cada mañana o si progresivamente las formas enamoradas de la naturaleza se han ido transformando hasta volverse aves del paraiso, orquideas gigantescas o pajaros inverosimiles. Trance erotico entre forma-concreto y naturaleza-celula nos envuelve en un laberinto primordial.
Es asi que las Pozas es el segundo monumento surrealista mas importante a nivel mundial. Siendo su magnificencia directamente proporcional a la indiferencia y anonimato que lo rodea. La razon? la fidelidad a su esencia surrealista, arcano espejo de nuestro inconsciente esquivo. Y como nuestro inconsciente, es vasto, grande y a la vista de cualquiera que se adentre en la busqueda-pregunta, pero invisible para aquel que no se cuestiona.
Para el viajero pragmatico o para el peregrino de los "theme parks" estadounidenses Xilitla paraceria una excentricidad, un desperdicio de recursos. Pero la realidad es que si cumple una funcion de suma importancia: ayudarnos a recordar que el mundo es una aparicion, un sueño, y que debemos de seguir soñando el mundo, creando el mundo. Devolviéndonos a su vez la perdida y subestimada capacidad de asombro.
Lugar de peregrinacion obligatoria para el turista alternativo. Nos encamina a cumplir con el deber que todos tenemos de volvernos provechosamente viajeros en nuestra propia tierra.
Pero para poder aproximarnos al verdadero espiritu que construyó este lugar magico no hacen falta explicaciones, reseñas o palabras. Hay que vivirlo personalmente y dejar que nos invada con su fuerza poetica.
Acaba el viaje y partimos de Xilitla enamorados y conmovidos. No sabemos si nos alejamos de alguna de las Ciudades Invisibles de Calvino, de un paisaje de Lewis Carroll o del sueño que tuvimos por primera vez.
